domingo, 8 de mayo de 2011

Say no more

(o el tipo que canta X)

"Lleven pulóver", dijo. Y tenía razón. El frío era casi tangible y la terminal un buen refugio para esperar la compañía para el evento.
Empezamos a desmigajar el frío caminando hacia el lugar, nos reencontramos todos, accedemos, nos sentamos en el pasto.
El lugar de mil soledades de cigarrillo hace la magia, el antes y lo que será el después es lo único que se puede percibir, lo que quedará en el medio es incertidumbre y nada más, casi un miedito raro que me hace cosquillas.
Y no importa el mito, la reverencia, los comentarios fáciles, la anécdota de una silla, una bandera, un micrófono que suena demasiado bajo.
Allí arriba se alza el tipo que canta y encanta con esa magia pasada de moda pero que todos intentamos arrastrar hasta el hoy para que su esencia quede flotando como un perfume poderoso. Se disfruta, se baila, se ríe, se interactúa felizmente con el resto. Babilonia me abraza y su calor fraternal me da hambre de otros cuerpos que quisiera abrazar en ese momento. Acaso vuela alguna parte de una canción y la atrapamos con las bocas al mismo tiempo. Sonreímos.
No hay bis y respiro un aire de encantamiento perdido. El tipo que canta nos da las buenas noches con una voz en off y se despide definitivamente. Hubo onda. Hubo música de verdad revolviéndome las tripas. Agoté la garganta y por unos segundos sobrevolé el campo yendo en avión.
Abrazos colectivos, retirada lenta y con sonrisas hacia la noche más larga del mundo.

2 comentarios:

El poeta invisible dijo...

Yo también fui a ver a Charly. Pena que no nos vimos, hubiera estado lindo intercambiar pareceres.

Dolores Eidán dijo...

Revuelvo otra vez esta que soy para volver a leerte, y saber que seguís ahí, como cuando me fui, pero siempre nueva, en movimiento-crecimiento. No te dejo de leer muchacha, desde el costado de identidad que sea.