viernes, 21 de diciembre de 2012

PAZ

No soy la persona más pacífica del mundo ni mucho menos.
Pero, y a pesar de que suena como palabra trillada de tarjeta navideña, quiero regalar paz en estos tiempos.
Paz para una amiga que la pide a gritos y quiero hacerle saber que estoy, aunque nos separe un río y varios kilómetros.
Paz para esa persona que sufre la enfermedad ajena y la culpa lo inquieta.
Paz para mi amiga que está viendo su mundo revolucionado, lleno de experiencias nuevas.
Paz para mi hermana que está en los últimos aprontes de su viaje como voluntaria y a la que no veré durante un año.
Paz para mi hermana Babilonia, sacudida por un 2012 turbulento.
Paz para mis abuelos que sienten cada vez más el peso de los años.
Paz para muchas personas que no conozco y sé que la necesitan.
Paz, tranquilidad llena de alegría y entendimiento, una fortaleza particular que nos llena el alma y nos hace más armónicos con lo que nos rodea.
Y paz para mí, para nuestra pareja, para encarar los tiempos que se vienen. Paz para sobrellevar los miedos y las contrariedades de un corazón que no se cansa nunca de sentir.