miércoles, 31 de octubre de 2012

Fin

No te voy a cansar con más poemas.
Digamos que te dije
nubes, tijeras, barriletes, lápices,
y acaso alguna vez
te sonreíste.

Julio Cortázar.


Él le decía adiós a Cris. Y a veces hay que decirle adiós a los fantasmas chiquititos que nos quitan el sueño. Sonreír porque te vas a dormir en paz después de regurgitar una tormenta. Taparte hasta la cabeza con la sábana pensando en que mañana es Halloween y no te importa en lo más mínimo. Desear que llegue el verano con su música de grillos y esperar, agazapada, la aventura.

jueves, 25 de octubre de 2012

(en)Trance

"El viejo truco de andar por la sombra"
Charly García

Al cuerpo ya le duelen las despedidas, se va enfermando de ausencias mientras las noches asustadas piden tregua.
Vos me hablás de esos viajes que emprendemos, me describís como la pasajera en tránsito perpetuo y yo que sólo sé de cadenas en los pies, de estar demasiado atada a un cuerpo y a pocas fronteras. Pero sí, me decís, parecés uno más de los que están acá, de paso, esperando algo.
Y en esa oscuridad, mientras los que esperan se van a dormir, las voces cruzan de sillón a sillón y se enredan entre los ruidos propios de una casa durante la noche. Y las voces y las miradas se encuentran mientras los dos esperamos algo, mientras amamos a personas que están lejos, mientras te rompo la cabeza con esas preguntas inoportunas que te soplan el castillo de naipes, mientras sonrío al darme cuenta que cada palabra que sale de tu boca es poesía.
Repasamos aquella novela:
"Le daba rabia llamarse Traveler, él que nunca se había movido de la Argentina como no fuera para cruzar a Montevideo y una vez a Asunción del Paraguay, metrópolis recordadas con soberana indiferencia. A los cuarenta años seguía adherido a la calle Cachimayo (...)Una cosa había que reconocer y era que, a diferencia de casi todos sus amigos, Traveler no le echaba la culpa a la vida o a la suerte por no haber podido viajar a gusto. Simplemente se bebía una ginebra de un trago, y se trataba a sí mismo de cretinacho."
Y me contás sobre el Ulises de Joyce, sobre la pasividad de ese personaje y entonces si yo soy Traveler vos serás Leopold Bloom, decís, y en secreto yo me imagino cómo será un Bloomsday en Dublín. Y me río, pensando que quizás nunca conozca Dublín.
Nos encontraremos en otra sombra, decís al despedirte. Sonrío con toda la sombra del mundo transformada en lágrimas.

"Un amor real es como dormir y estar despierto"


viernes, 19 de octubre de 2012

Resurrecciones

"Algo tienen esos años que me hacen poner así"
F.P.

Montaña rusa, bebés a mi salud y me doy cuenta que después de la tormenta tuve esa certeza indescriptible.
Pasarán los meses, los años, quizás alguna década, hasta que llegue ese instante en que la profecía sutil se cumpla. Y durará lo que tenga que durar, pero no podremos evitar la sonrisa en que nos digamos sin hablar que supimos desde siempre que sucedería.

La cobardía nos ataca a destiempo, como todo lo demás. No coincidimos ni en el amor ni en el odio, ni en las sonrisas premeditadas, ni en los gestos de silencio, no coincidimos en los momentos de reflotar algún recuerdo, algún trozo apolillado de diario. La cobardía nos puebla las pestañas. Pero es la única forma de salvarnos de nosotros mismos.

Hartos del tiempo, del quehacer del tiempo, de los clichés sobre el tiempo, bostezamos también a destiempo nuestras agendas inventadas. Todo se trata de esquivarle a algo que creemos es destino. Quizás ni siquiera lo sea.

martes, 16 de octubre de 2012

Tres mujeres

I
Cambiamos los mates por cervezas y celebramos la llegada de la primavera entre risas. Su pelo largo resplandece en la tarde, su sonrisa entre los comentarios exaltados de siempre es una bendición entre tanto día gris cargado de humedad y el desgano.
Ese reencuentro esperado, los abrazos y la energía que nos hace bailar a la noche, siendo parte de la música, con los chismes, los amigos y la euforia de estar juntas.
El 117 tiene tu nombre, hacia el norte, con la brújula que inventamos para no perdernos nunca entre esferas imposibles.

II
No me importan los viajes de larga distancia. Menos cuando me llevan a la calidez de tu abrazo, a mirar tus ojos claros contándome las novedades. La tarde más sencilla del mundo, y sin embargo tan perfecta, tan cómoda entre nuestras pieles blancas que le huyen al sol. Nos rodea un arcoiris hecho de retazos de objetos, los colores de una multitud con aroma a nuevo. Y ahí sentadas las dos, compartiendo el mate y viendo a la gente pasar, siento que cada vez me hacen mejor los viajes, que la distancia es un invento para los cobardes.

III
Quererte es poco. Esa lluvia compartida, esas miradas y esos silencios que lo dicen todo, el cadáver exquisito que te leo en voz alta, los mensajes que dibujo en un papel cualquiera, las mil formas de sentirnos como en casa, una en el corazón de la otra...
La vida es eso: tocar timbre a cualquier hora buscando tu abrazo.