jueves, 29 de julio de 2010

Mitades

La era está pariendo un corazón
no puede más, se muere de dolor

Se para en el centro y coloca una cinta de papel bien pegada al suelo. Levanta la cabeza y dice, para que se escuche bien: "este es el ecuador".
Queda de pie a uno de los costados de esa línea que divide el espacio y vuelve a decir algo: "norte" y apenas las palabras salen de su boca, da un pequeño salto, impulsándose infantilmente con las manos, para acabar del otro lado de la línea en el suelo. Ni bien toca el piso con los pies vuelve a hablar, con voz clara: "sur".
Y se detiene un instante. Se acomoda el pelo, mira hacia el frente, sonríe un poco.
Luego de la pequeña pausa, vuelve a tomar ese impulso de niña, con los brazos doblados y levemente hacia atrás, doblando un poco las rodillas y de nuevo salta cruzando la línea para volver a decir: "norte".
Ahora ríe, se le ven los dientes. Salta nuevamente y su pelo lacio dibuja ondas fugaces que acompañan el sutil pero maravilloso vuelo de su pollera celeste. "Sur", y la gravedad le coloca el pelo y la pollera en su lugar.
"Norte", el salto es más alto, parece divertirla. "Sur", comienza a reír desde antes de tomar impulso. "Norte", apenas toca el suelo del otro hemisferio. "Sur", dice entre risas con el pelo revuelto y las manos hacia arriba.
Norte, sur, norte, sur, norte, sur, alternativamente y cada vez acelerando las idas y venidas a uno y otro lado de la línea, que respeta, sin siquiera pisar, como límite sagrado.
Se divierte, se agita, respira entrecortadamente, el pelo comienza a mojarse y la pollera celeste es una nube que corretea en una atmósfera de nortesysures gritados entre risas.
Y en el intercambio de norte a sur, de pronto, luego del salto, cae con los pies apoyados uno a cada lado de la línea.
Da un grito penetrante.
Toda luz se apaga y cae de rodillas.
Un tenue resplandor le alarga la sombra mientras yace en el suelo, con el ecuador en el centro mismo de su centro y se mira las manos manchadas de sangre, la pollera que ya no es celeste, las piernas que no parecen tener más ganas de saltar.

viernes, 16 de julio de 2010

"He nombrado los sitios
donde se desparrama la ternura
y estoy solo y conmigo."

Carcanías - J.L.B.

Algo iba a pasar. Cada credo, cada solfeo sin demasiados amigos, de esos que se cuentan con los dedos, después se escupen en una canción y la vida ya tiene testamento barato.
Nombrar, hacer visibles, darle forma, color, sonido y ojos a cada cosa que tiene ganas de explotar.
Pero explota y nos salpica. Aturdidos nos metemos en la cama con las mantas gruesas, que amerita este tiempo de estornudos, y esperamos. Repasamos los equipajes de otros tiempos, mientras hay miel atrapando moscas afuera.
Sorbo a sorbo alguien toma té de menta y piensa en una niña con vestido violeta bailando en la oscuridad y casi sin sonidos, repitiendo un mantra en un lenguaje recién inventado por su cuerpo.
Y cuando algo tiembla, cuando en la oscuridad nacen aullidos o recortes de papel como fantasmas, ahí las puertas son biombos que dejan pasar nuestros gritos de auxilio para que alguien nos consuele con una música perfecta.
Escuchás tu canción favorita, te hace acordar a ese momento en que aquella rubia de cara con poca graacia la puso por primera vez para vos o en cómo la escuchaste hasta el cansancio con amigos al punto de querer organizar un suicidio colectivo. Puede ser cualquiera, cualquier canción, porque ese día todas van a hablar de lo mismo.
Yseguimos sin encontrar esos sitios. Pero estoy sola y conmigo, mientras se engripan las personas con amnesia y los globos de colores que sueltan los niños en el tumultoso Parque Rodó.

miércoles, 7 de julio de 2010

Pesquisas sobre cuerpo y lenguaje II

vida tras vida avanza la palabra
más fértil que mi hora indicada
con tanta sed de engendrar
que no le dan los orificios.
vida tras vida avanza la palabra
da nombres y cuerpos
latidos que prescinden de ejercicio
voces nuevas sin cópula ni sangre
dedos y ojos y pelos y rodillas.

muerte tras muerte
el insomnio se devora todo credo
cada silencio es un ojo que se cierra
una mano despojada de su pulso.

muerte tras muerte
hay un dorso que sonríe impunemente:
el grito de dolor se hace palabra.

vida tras vida avanza la palabra
asisto a cada nacimiento.

junio 2010