viernes, 22 de julio de 2011

Juegos

Patea la pelota naranja a lo largo de la vereda. A veces su contricante es él mismo, a veces el viento, de a ratos algún ser imaginado.
La pelota que se esconde entre macetas, tras los muritos de los edificios, en los canteros.
Patea la pelota y juega el juego silencioso de inventar el juego a cada segundo.
Así como el murmullo creativo, va inaugurando la experiencia en cada patada, en cada contrincante, en cada recorrido naranja trazado por la pelota.
Y va acariciando sueños, siendo diferentes personas, construyendo otro juego. Cuando acabe con la pelota y retorne al juego de la vida, habrá más murmullos que contener, más decisiones inmediatas en ese juego de libertad.
Amén por el niño.
Y yo afuera.

domingo, 17 de julio de 2011

Después


La rubia mira a la cámara y sonríe. Se dispone a cantar alguna canción y practicar juegos, tontamente feliz.
La verdadera rubia, la que debe estar en su casa a algunos kilómetros, ignora que es observada a través de la pantalla, mientras protagoniza un momento feliz de la vida de alguien.
Ya pasó demasiado tiempo. El video se volvió aburrido. Sin embargo él sigue mirando y cada tanto sonríe. Hay en su mirada un noséqué de nostalgia, se deja llevar, casi contra su voluntad, a aquella tardecita de sol en el sur, rodeado de gente querida.
Ya no es la rubia con nombre pseudo francés quien le mueve el piso. Pero tampoco esa otra rubia que tiene a su lado y desde la oscuridad observa su cara transformarse al recordar viejos tiempos frente a la pantalla. Ella lo observa y sabe que las cosas no serán lo mismo, que los ojos no mienten, que algo se le quedó atracado en el alma al rescatar el viejo video de los archivos llenos de polvo que quizás prometió dejar congelados.
Esperan a que termine y el aire se carga de silencio.
Ya no se ríen ante el miedo absurdo de encontrársela en el barco, de retorno a casa para él, de vuelta a la aventura para ella.
La tarde se adivina borrosa y el calor puede más. Más tarde habrán despedidas y promesas.
La certeza llegará tarde. Cuando recuerde la nostalgia en los ojos al ver pasar el video de la felicidad perdida, ya se habrá desatado la tormenta.
Para entonces, sin saberlo, ella leerá una novela de quinientas páginas y esperará más tormentas, hasta que el sol la encandile y se prohíba revivir imágenes que anidan en el polvo de sus archivos virtuales.


viernes, 15 de julio de 2011

¿Vamos?




Tengo ganas de llorar, ¿vamos al parque?

Mejor quedémonos contando gotas de lluvia en la ventana. O matémonos de amor en un tren con destino lejano.
Tengo ganas de poblar habitaciones, ¿vamos al parque?
Para que la tarde sea más larga, vamos. Para que la almohada sea más blanda.
Y si aún con el café, con los cumpleaños, con el baile ese que quiero bailar, con las guitarras de otros, con la euforia en cada "hola", con el despertador que no miente, si aún con todo eso tengo ganas de llorar, ¿venís conmigo al parque?
Tengo ganas de entretiempos llenos de sueño y que la cinta de moëbius me desarme de nuevo en el más íntimo grito, en un loop eterno...
Cuánto caracol callado ensucia con su rastro los días de este mes larguísimo. Un rastro de sol por todo el sol que entró por la ventana, un rastro de luz por toda la luz que tuve, pequeñita, guardada en mi puño.
Vamos al parque. Es hora de doblar la esquina y recibirme adentro.
Tengo ganas de llorar. Afuera, a la intemperie, contigo.


miércoles, 6 de julio de 2011

Estonoibaaserasí





Entonces no se trata de ser original, sino de ser legítimos. Y nos miramos a los ojos comprendiendo que ya estábamos del otro lado. Una se va con el corazón seguro, confiando en la legitimidad de sus búsquedas, confiando en el esfuerzo colectivo y viéndose como en un espejo en las miradas de los otros.


Desprecio notablemente a los sofistas, a los que aman la retórica al punto de copular con ella sobre las barras de los bares, sintiéndo que su cara, como la del reflejo de Narciso en el agua, está en el de su interlocutor.

Te quiero porque no querés convencerme de nada. Te quiero porque me convencés de tanto, si querer...


(y esto comenzó tratándose de la satisfacción del trabajo cumplido antes de un viaje...)