miércoles, 31 de diciembre de 2008

Re-su-miendo (si, en tonito sabinero)

Un verano tardío | Guazuvirá | Plazas que no me ven tan seguido | Santa Ana y sangría y tortas fritas y superbaile de club | Pastillas musicales | Superbajón traumático por abandonar cosas | Nuevas ideas y colores | Concursos | Música | Voces del otro lado del charco | Infinitas horas compartidas | Amigos nuevos | mucho James Taylor (dunno why) | Chococumple | Partyliving | 3 segundos lugares (premios al fin) | Un viaje (superviaje), un encuentro, un finde inolvidable | Dori | Tricky night | Plaza San Martín | Santelmeadas nocturnas y EL Domingo mañanero | Hombres que les cantan a otras mujeres | Esas charlas salvadoras de a tres | Persuasión de los días (cómo te amo, Oliverio) | Feria del libro | Muchos libros | Enes | Juntadas de viernes | Working | Grupo de lectura | Planes | Bloggeritos fantásticos (y más planes) | Casualidades con música y plazas | Infaltable plaza de los bomberos y banco de siempre | Vino en plástico (soy demasiado consentida) | Más planes...

Faltan cosas, el año fue, se va, se termina. 'C' siempre me recuerda que fue un año casi perfecto para mí. CASI. No sé si tanto, pero fue un lindo año. Si el que viene fuera mejor, estaría en la gloria.
Que lo sea para ustedes!!

sábado, 27 de diciembre de 2008

regalitos



Acá van regalitos personales para quienes más se pasan por Connotaciones o lo hacen desde más tiempo y se ha generado cierta relación blog a blog. No están todos, quizás, pero ya habrá tiempo para compartir más cosas con quienes se acercan desde hace poquito tiempo.
Los mejores deseos para todos.
Es muy sencilllo lo que les dejo, disculpen que algunos no quedaron tan lindos como otros, pero no era la intención (tampoco hay un orden específico, están alfabéticamente al revés)
Hagan lo que quieran con ellos, cuélguenlos en su blog, guárdenlos o simplemente déjenlos por acá y los miran cuando quieren.
(y no dejen de comentar la entrada anterior que realmene me gusta y me gustaría conocer sus opiniones al respecto)
Gracias por hacer ustedes también Connotaciones, no sería lo mismo sin sus comentarios y sus presencias.
Buen 2009!

martes, 23 de diciembre de 2008

Foto mental

"tengo una foto mental /que no quiero ver, que no quiero ver"

Quiso averiguar qué se sentía al ver la calle desde adentro, tener el pelo revuelto por el viento de la rambla, los pies fríos y entumecidos por una caminata, las palabras saliendo calentitas y casi espontáneas de un par de bocas.
Repartió los sorbos de café en un tiempo bastante largo, para dejar escurrirse las horas, mientras alentaba a sus sentidos a ponerse a trabajar como equipo.
El ruido de la cucharita, el olor de la canela, la espuma del café, el calor de la taza y finalmente el sabor a la bebida, loca excusa de una tarde.
Ahí se quedó, mirando la azul extravagancia del ambiente, mientras los temas de conversación iban y venían, andaban montados en bicicleta, emparentados con la risa, sobre los hombros de las confesiones, rozándose las manos con los futuros planes.
Vos no sabías demasiado, ni siquiera estabas seguro de cómo al final habían quedado en verse, después de encontrarse en el centro unas mañanas atrás. Ibas perdido en cualquier cavilación y ella, con el mismo apurado paso de siempre, su bolsito de turno y su pelo agitándose, te había mirado con los ojos muy abiertos y gritado tu nombre, pero no tanto como para llamar tu atención sino como un grito para sí misma, involuntaria reacción por la sorpresa.
La miraste y sonreíste, no la abrazaste con desesperación ni le dijiste ninguna palabra efusiva, simplemente te brillaron los ojos como nunca y mientras ella acometía con toda clase de preguntas, frases de admiración por la casualidad del destino e incalculables gestos con las manos y la cara, iba reconociendo en el brillo de tus ojos, lo que sabía no ibas a decirle pero estaba ahí.
Así que preguntó, aceptaste, suspiró con alivio, aunque no se alivió del todo. Si habías sido capaz de dejar colgado a alguien durante quince minutos en un teléfono sin decir nada, perfectamente podrías pasar por alto la cita. Ella igual confiaba, seguía confiando, buscando rastros de esperanza donde quizás otros ya habían bajado los brazos hacía tiempo.
Ahora miraba hacia la calle, un poco perdida. Sonrió amargamente por lo estúpido de imaginarse una conversación con todo lo que ello implicaba, cuando en realidad ella siempre monologaba y vos asentías o le decías frases sacadas cada vez más de un mundo al que quizás en un tiempo pudo acceder, pero ahora no.
Y ella lo sentía, comprobaba a cada minuto que le estaba finalmente vedado el paso hacia la comprensión. Pero no era tu culpa, tampoco.
Sus charlas le seguían pareciendo un esfuerzo físico y mental enorme, pero en el fondo, más allá de la frustración, el cansancio, la tristeza por verte tan lejano, le alegraba lidiar con el personaje que te habitaba, que le servía de consuelo cuando pensaba en aquellos meses en que dejaba la adolescencia y te veía festejando sus versos, recordando citas sobre cerebros y ratones, pianos que sueltan las más hermosas canciones y el invierno compartido a la intemperie en bancos sin nombre.
Entonces sonreíste y sacaste de un bolsillo un sobre pequeño y alargado. Se puso seria de pronto, estiró tímidamente una mano y abrió el sobre, sabiendo lo que había de antemano.
Vio todo un rollo de negativos en blanco y negro, las fotos que nunca habían sido ampliadas pero quedaban como única certeza de quiénes habían sido. Estas solo guardaban un par de poemas retratados por toda la ciudad, puertas, eclipses, flores, cintas y huellas que recreaban su mundo de hace unos años. Sonrió al fin, recordando, además de todo aquello, la última vez que le mostraste los negativos y la foto que le había arrancado un poema del pecho, los dos cielos.
Pero vos tomaste delicadamente los negativos de sus manos, pagaste la cuenta y saliste sin darle tiempo a hablar, derritiendo la película con las yemas encendidas de los dedos.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Cobarde

no sé qué rezan las espaldas cuando se van, yo miro al piso, fijamente al piso, hasta que son un punto pequeñito en la llovizna viscosa de las despedidas.
no sé que dicen las arrugas de las camisas, los lunares, las blusas bajas, los hombros huesudos o bonceados, las nucas ocultas o las detalladas por un corte perfecto.
ni idea.
sé que las palabras no son lo último que se dice en una despedida, pero me pierdo el último mensaje y me acuerdo cuando ya es tarde.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Quisiera...

...tirarme al sol, recostada contra un pecho que respire.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Casualidad no es posibilidad

"Otro jueves de esos que no se dejan besar"

Las pesadillas salieron de la cárcel, va a haber que andarse con más cuidado, que cerrar por fin los postigos a la noche. La vereda me sonríe sin dientes, me muestra las encías alcohólicas que me invitan una copa, pero claro que no, me les niego, es día de semana. Quién lo diría, rechazando ofertas de olvidos circunstanciales.
Es corto el verano, recién amaga a empezar pero pienso en los besos de bronceador y sal que no voy a tener y es como si volviera el invierno. Quizás haya alguna nariz alunada por ahí para besar, pero las resacas de niños lindos hoy en día necesitan demasiadas señales. Demasiadas.
Llegan los bondis, paran, suspiran, tragan conversaciones inútiles y se despiden con los gases de los cuarentaycincominutos del viaje. No me invitan una copa. Esta vez no la rechazaría. Como tantas otras, procuraría el equilibrio sobre el asiento y atinar la parada anterior a arrimarme a los escalones obscenos que miran bajo mi pollera.
No tengo la excusa del frío. Estar aterida es nomás un estado que se perpetua muy a pesar de la voluntad de domingos, del calor de un recinto que albergue una mínima esperanza.
La vida me tira las casualidades como el hueso a un perro. Las mastico ansiosamente pero saben a demasiado poco.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Fin de (LA) semana

Calles que no pisaba desde hacía meses. Demasiados meses. Nuevas fachadas, rejas que cercan las viejas baldosas, las mismas baldosas que han extrañado mis pies.
Viejos amigos y nuevas certezas me derriten las ideas, las frases armadas losfelicescumpleaños prefabricados las anchas verdades que no necesitamos ya respirar.
Está fresco, un lindo fresco de diciembre se acomoda a mi esqueleto siempre igual, luchando por ser un escarbadientes decente más, a falta de algo mejor, parado y frágil en el viento de las cosas.
Tenía tantas ganas de escuchar ciertas voces y oler ciertos rincones y vaciar mi boca de nuevas promesas, de nuevas anécdotas y al fin todo se hace a la vez real e imposible.
Llega a término una porción de día, de vida, losfelicesdias-cumpleaños-etcéteras-misviajes se acaban, el viaje de regreso se parece mucho a volver de clases dos años atrás, cargada de dolor de piernas y amigos nuevos, guitarras y bostezos con dulce sabor a vino.
Luego vienen mis pasos interrumpiendo la siesta de un barrio ajeno. Intrusa, camino dos cuadras bajo la mirada atenta de las sillas plegables y las pelotas de los niños, espabilando el fresco que se respira en la vereda. Tengo una casa vacía en el pecho.
Y vuelvo a las grullas, a mi costumbre de hacer una grulla en cada bar, de parir en papel lo que no me atrevo a decir con palabras.
Y el día termina una semana agitada y confusa, que promete, promete pero no se atreve a cumplir.

martes, 2 de diciembre de 2008

Otra cosa

cada tanto vuelven las guirnaldas
que decoran el despacho de la burla
llegan piedras recogidas, semiformes,
inundadas de paz, descoloridas.

honran cardos en mi nombre
les plantan frías tardes en las alas
y visten las espinas con latidos
de senos hirviendo y lentos corazones.

riegan con tumultos la sed de las calles
las tardes que abortan un sol en la palma
de la mano verde que tiembla en un sueño
y ya no festejan sus pies minerales.

porque de mi sueño he hecho otra cosa
y cada tanto el ciego me encasilla y cada tanto
caigo en la brevedad de un párpado
que me apresa cual serpiente en un canasto.

y salgo, casi salgo pero no, las hebras
que me dan luz racionada, de a capítulos
se hinchan y me apretan las escamas
mi cuerpo anillos lucha pero muere.

y cada tanto llueve y en mi ausencia
se escriben solas las gotas en palabras
pizarras lentas abren las ventanas
el día es otra cosa, pero llueve.

Noviembre, 2008


(sigo sacando cosas acumuladas, ya escribiré algo más elaborada y retomaré el ritmo de antes, aunque probablemente sea luego de entregas y demás etcéteras)