miércoles, 2 de marzo de 2011

Por la mañana

Despertar con gusto a sangre en la boca y pensar inmediatamente en vampiros.
Ir al baño, lavarse la cara y comprobar frente al espejo que ojos, nariz y boca están en su lugar. Encarar hacia el balcón y vivir la soledad de un cigarrillo.
La mañana comienza antes, en ese lugar del sueño que ahora no podés encontrar.
Abrís y cerrás los ojos mientras la ciudad se despierta y tiene calambres.
La tecnología hace que un zumbidito sobre la mesa de noche te diga que tus ojos están llenos de luz. Sonreís vagamente porque no tenés forma de mostrar con palabras toda la noche que se anega a cada lado de tu cara.

5 comentarios:

eMiLiA dijo...

La última frase es inmejorable.

Yo también me levanté con resabios de sueños. No los puedo recordar, pero tengo imágenes tatuadas en la piel.
Será cuestión de palparlas e intentar reconstruirlas.
De algo estoy segura, no hubo vampiros en mi sueño.

Un abrazo!

Anónimo dijo...

La noche que flanquea las caras no es más que un mero marco, un encuadre. Casi tan importante como la luz pero sin su protagonismo. Una de cal y una de arena (nunca supe cual es la buena y cual la mala, je)
Beso.

Coxon dijo...

El truco es levantarse. Después hay que fluir.

Vamo' arriba.

Anónimo dijo...

Envalentonado por haber obtenido, "zumbidito" mediante, una sonrsa, me atrevo a sugerir un material de lectura que quizá resulte interesante.

http://www4.loscuentos.net/cuentos/local/puzzle/

Beso.

Jules dijo...

soñé que había comentado.