miércoles, 13 de junio de 2012

Enigma

«Me hace falta un poco de coraje para dejar de ignorar tu presencia a cientos de kilómetros, M.
No te conozco casi y es como si siempre te hubiera tenido al lado. Apenas me conocés y es como si pudieras leer mi mente.
Y así, tiempo después que dejé de buscarle un sentido a los malos tragos que tuvimos que pasar, de nuevo tu insomnio te impulsa a buscar mis ojos en estas mañanas que sabés no puedo hacer otra cosa más que estar de este lado. Porque ya se siente el calor pero las vacaciones aún no comienzan, porque tengo una especie de destino de oficina como vos decís que tenés destino de diván.
Sos un enigma.
No entiendo tus sufrimientos, tus vicios, tus jaulas.
Sin embargo doy señales de vida, para que no creas que tengo algún propósito demoníaco en tu contra. Cada momento de conexión invisible con tu insomnio me ha hecho feliz. A este pobre tipo que titubea siempre, que necesita pruebas todo el tiempo, a este ser que has visto desnudándose el alma durante meses a tu favor, lo has hecho feliz.
Pero ahora somos otros, amamos otras cosas, otros rituales han venido a salvarnos la vida y aunque cada tanto damos manotazos de ahogado a través de este océano Atlántico invisible, no somos más que fotografías sin rostro en el álbum de un año que se acabó hace rato.
Y aún así, querida M... aún así te nombro en esos términos, aún así me intrigan las formas de tu rostro tras la inicial de tu nombre, como quien descubre un perfume exquisito y quisiera seguir el rastro hasta su portadora.
Aún así...»

Miranda no tiene sueño y escribe cartas

No hay comentarios.: