martes, 13 de abril de 2010

Cuatro

Hoy voy a empezar a construir la casa donde estaré
para toda la vida
voy a recorrer esta ciudad voy a llegar hasta el mar,
el mar me cura la herida, y voy a saltar voy a nadar hasta otro lugar
para toda la vida.

Berlin - Coque Malla

.
Había decidido despreocuparse de toda contrariedad. Buscó durante meses, hizo cálculos, se contactó con gente y dio con las personas correctas. Creía que todo lo que jamás podría pasar de la forma que le gustaría, sucedería en algún otro plano, así más no fuera que en lo intelectual. Apuró los trámites, mandó los mails correctos, los puso en contacto. Tras largas jornadas, meses de trabajo, más meses de espera, las páginas con olor a tinta, con olor a libro nuevo se deslizaban por sus dedos sudorosos.
Le habían publicado el libro, una de sus novelas, una de esas tantas cosas en que ella creyó desde un comienzo. No se sentía salvadora del mundo, no creía que su participación fuera de suma importancia. Cuando finalmente dejó el libro sobre la mesa, reposando, casi descansando por ella del trajín de más de un año desde la decisión inicial, lo miró y sonrieron. Ella sacó de la caja que tenía al lado un cigarrillo, lo encendió con el encendedor que a tiempo él le extendía y dio una primera y larga pitada, entrecerrando los ojos, como si eso fuera el después del mejor orgasmo.

..
Jugaste lo que creías había que jugar. Las cartas justas, las que al mirarlas te hicieron sonreír maliciosamente, con las que anticipaste una partida ganada. Jugaste para no perder, para ganar, quién sabe qué, más noches, más tiempo en vela, más minutos rozándose despacio contra otros mazos con futuros más prometedores.
Jugaste y ahora nomás querés irte y fabricarte la casita para estar siempre, aunque implique tu anonimato, para poder ser un border más, para dejar atrás lo que debe ser dejado atrás.
Entonces no sé por qué jugaste para ganar y te retirás como si hubieses perdido. Será que ganar una sola mano no te alcanza. Será que la casa en las montañas, solitaria para siempre, puede más.

...
Buscar las horas exactas para anclar en un tobillo sin nombre. Acatar las reglas de cualquier color de manos. Internarse como siempre en una penumbra de caricias. Para exigirnos algo. Para escaparnos de algo. Para entender muy poco.

....
No hay nada que tenga gusto a toda la vida

7 comentarios:

Pablo Nuñez dijo...

muy bueno hermanita! beso

Estrella dijo...

Muy bueno, sí.
Será que nada alcanza, y que siempre la idea del retiro y de la soledad nos atrae, no sé por qué.
Qué bien estás escribiendo!

eMiLiA dijo...

" Internarse como siempre en una penumbra de caricias. Para exigirnos algo. Para escaparnos de algo. Para entender muy poco."

Sobre todo para entender muy poco. Aunque para ello debería cortar una de mis cabezas de hidra - la que quiere controlar todo - y dejarme de joder un rato.

Un abrazo!

eMiLiA dijo...

Ahora me dejaste con las ganas de ver tu dibujo y el audio del poema!

Me gusta mucho Vilariño. Tanto que si algún día tengo una hija quiero ponerle Idea, jaja.

Un Abrazo!

eMiLiA dijo...

Graciaaas!!

Me encantóoooo. Y tus dibujos son muuy lindos!

Te envidio, che. Yo no te dibujo ni un monigote, jajaja.

Abrazo

yo mismo dijo...

berlín es una de las canciones que más me gustan de coque malla.

¿sabes? yo creo que aún no he encontrado mi lugar... que aún me faltan muchas casas por conocer, muchas ciudades... muchos rincones oscuros en los que sentarme a observar, a pensar... a besar.

despojada dijo...

exquisito como siempre
cariños