martes, 23 de diciembre de 2008

Foto mental

"tengo una foto mental /que no quiero ver, que no quiero ver"

Quiso averiguar qué se sentía al ver la calle desde adentro, tener el pelo revuelto por el viento de la rambla, los pies fríos y entumecidos por una caminata, las palabras saliendo calentitas y casi espontáneas de un par de bocas.
Repartió los sorbos de café en un tiempo bastante largo, para dejar escurrirse las horas, mientras alentaba a sus sentidos a ponerse a trabajar como equipo.
El ruido de la cucharita, el olor de la canela, la espuma del café, el calor de la taza y finalmente el sabor a la bebida, loca excusa de una tarde.
Ahí se quedó, mirando la azul extravagancia del ambiente, mientras los temas de conversación iban y venían, andaban montados en bicicleta, emparentados con la risa, sobre los hombros de las confesiones, rozándose las manos con los futuros planes.
Vos no sabías demasiado, ni siquiera estabas seguro de cómo al final habían quedado en verse, después de encontrarse en el centro unas mañanas atrás. Ibas perdido en cualquier cavilación y ella, con el mismo apurado paso de siempre, su bolsito de turno y su pelo agitándose, te había mirado con los ojos muy abiertos y gritado tu nombre, pero no tanto como para llamar tu atención sino como un grito para sí misma, involuntaria reacción por la sorpresa.
La miraste y sonreíste, no la abrazaste con desesperación ni le dijiste ninguna palabra efusiva, simplemente te brillaron los ojos como nunca y mientras ella acometía con toda clase de preguntas, frases de admiración por la casualidad del destino e incalculables gestos con las manos y la cara, iba reconociendo en el brillo de tus ojos, lo que sabía no ibas a decirle pero estaba ahí.
Así que preguntó, aceptaste, suspiró con alivio, aunque no se alivió del todo. Si habías sido capaz de dejar colgado a alguien durante quince minutos en un teléfono sin decir nada, perfectamente podrías pasar por alto la cita. Ella igual confiaba, seguía confiando, buscando rastros de esperanza donde quizás otros ya habían bajado los brazos hacía tiempo.
Ahora miraba hacia la calle, un poco perdida. Sonrió amargamente por lo estúpido de imaginarse una conversación con todo lo que ello implicaba, cuando en realidad ella siempre monologaba y vos asentías o le decías frases sacadas cada vez más de un mundo al que quizás en un tiempo pudo acceder, pero ahora no.
Y ella lo sentía, comprobaba a cada minuto que le estaba finalmente vedado el paso hacia la comprensión. Pero no era tu culpa, tampoco.
Sus charlas le seguían pareciendo un esfuerzo físico y mental enorme, pero en el fondo, más allá de la frustración, el cansancio, la tristeza por verte tan lejano, le alegraba lidiar con el personaje que te habitaba, que le servía de consuelo cuando pensaba en aquellos meses en que dejaba la adolescencia y te veía festejando sus versos, recordando citas sobre cerebros y ratones, pianos que sueltan las más hermosas canciones y el invierno compartido a la intemperie en bancos sin nombre.
Entonces sonreíste y sacaste de un bolsillo un sobre pequeño y alargado. Se puso seria de pronto, estiró tímidamente una mano y abrió el sobre, sabiendo lo que había de antemano.
Vio todo un rollo de negativos en blanco y negro, las fotos que nunca habían sido ampliadas pero quedaban como única certeza de quiénes habían sido. Estas solo guardaban un par de poemas retratados por toda la ciudad, puertas, eclipses, flores, cintas y huellas que recreaban su mundo de hace unos años. Sonrió al fin, recordando, además de todo aquello, la última vez que le mostraste los negativos y la foto que le había arrancado un poema del pecho, los dos cielos.
Pero vos tomaste delicadamente los negativos de sus manos, pagaste la cuenta y saliste sin darle tiempo a hablar, derritiendo la película con las yemas encendidas de los dedos.

12 comentarios:

g. dijo...

guardaban un par de poemas retratados por toda la ciudad, puertas, eclipses, flores, cintas y huellas que recreaban su mundo de hace unos años

Me gustó esa frase.

derritiendo la película con las yemas encendidas de los dedos.

Lo he leído todo, y te digo. A mí, sinceramente, me gusta como narras.
Tengo la imagen de ese bar, de esas dos personas ahí, los estoy viendo. Y eso es bueno.

Igual, tengo algo de sueño y lo tengo que volver a leer para, si se quiere darte una opinión más formada...

Pero tenía ganas de ser el primero, aunque dijera tonterías.

Besos Botija.

Quijo - Meli Polo Fdez dijo...

Hay fotos mentales que se nos quedan para siempre aunque no quisieramos tenerlas nunca más con nosotros...se quedan...como una parte más... y son esas fotos las que nos hacen ver quiénes fuimos realmente...las otras, la de los negativos....siempre pueden engañar, ¿o quizá sean las más ajustadas a la realidad? ya no lo sé...Un abrazo!!

Anónimo dijo...

Es curioso, una foto (en este caso un negativo) no tiene un tiempo definido y eso lo hace mas interesante. Es como parar el tiempo, capturar un insante unico e irrepetible que no es pasado porque ahora lo tenes en tus manos, lo podes saborear como si fuera ese mismo santiamen, pero al mismo tiempo es la prueba de un recuerdo lejano, o no tan lejano, pero que ya no es actual.

Floretta dijo...

franny glass y su foto mental.
una de mis canciones favoritas de ese disco.

me gusta cómo escribís también, gracias por los elogios :)

ah, y feliz navidad!

Poeta Errante dijo...

Qué lindo texto, Carito. Muy bonito.
Feliz Navidad para tí también! Mucha paz mucha paz, mucha coca-cola, mucho Benedetti y Franny Glass. Yeah!

I wish you a merry xmas...=)

Abrazo enorme niña!

Dolores Eidán dijo...

"Le alegraba lidiar con el personaje que te habitaba"
Amé eso.

Nos encontraremos alguna vez?
Vamos, el mundo es un pañuelo.

Habitarás mi ocaso dijo...

"Vos no sabías demasiado, ni siquiera estabas seguro de cómo al final habían quedado en verse, después de encontrarse en el centro unas mañanas atrás"

Al parecer todo citan lo que mas gustó. Había pensado hacerlo, no solo porque este en boga... je

Muy lindo texto, muy lleno de todo.

Y felices fiestas!

Besos, de a montones!

g. dijo...

Che, Caro, impuse una moda... Je Je Je.

Besos del "citologo"

Verònica dijo...

Sencillamente hermoso y doloroso este texto, ahora se que puedo llamarte Caro, antes no lo sabia. Entonces Caro, èl se fue y la dejò solo con los recuerdos...
un abrazo GRANDE, vecina montevideana! Vero.

yo mismo dijo...

siento no haber venido antes a hablar aquí, pero el tiempo apremia y quería tener calma... la verdad es que ha merecido la pena. me encantó. como siempre, aunque de manera distinta. no muchas veces has escrito tanta prosa. y la verdad, deberías hacerlo.

es una imagen mental de las mías, de esas que se me quedan grabadas, a veces no me pasan, sólo veo a una pareja en una cafetería e imagino sus vidas, sus frases, sus besos... y un adiós sacado de no me acuerdo dónde.

tantas veces un café ha dado para tanto, un reencuentro, una huida, un hasta siempre... bonitas palabras para una noche de sábado.

un beso.

Anónimo dijo...

Casi podía oler el café y la canela, y mientras avanzaba en la lectura, deseaba que el final fuera feliz. Aunque triste, todo el mundo debería poder vivir un instante así para recordarlo el resto de sus vidas.

Bello como siempre, amiga. Buenas noches.

Eclipse dijo...

Ge: es genial que los veas, realmente, genial. y sí, la última frase a mí me gusta mucho, tenía que ser en tono poético o no era yo.
Te me hacés el original, ahora, citólogo...

Quijo: no sé cuáles son las más reales (explicame qué es la realidad, en todo caso) pero bueno, no sé bien a cuento de qué fue lo de foto mental, quizás porque escuchaba esa canción y la entrada tenía que ver con fotos. las fotos me persiguen, últimamente.

abrazada al sol: es tal cual la paradoja de la foto. tan fascinante...

floretta: elogios merecidos por esa particularidad que te dije. sí, excelente canción, ese tonito papagayito del principio me mata. jajajaja.

Agustinitah: jajaja, mucha mucha coca-cola eh? fisuraditah. mucho franny y mucho james taylor para vos, que tenés algo en la forma en que te movés...^^ (opaaa... esta vez con translation y todo)

Dolo: dalo por hecho. octubre del año que viene. no queda tanto. y el mundo no necesita ser un pañuelo para que tenga ganas de cruzar el charco a charlar contigo.

Mili: srta. amish, se contagia de nuestro amigo "citólogo", al parecer... jejeje. Me gusta que citen, se ve cómo a cada uno le llega algo distinto. lo que citaste, para mí, es muy significativo.

Vero: se va (auqneu nunca estuvo) y ni siquiera la deja la certeza de las fotos (aunque en el fondo, yo creo que él aún las conserva)

yomismo: me alegra que te guste. y sí, bien podría haber sido una de las tuyas, esta historia. te cuento algo: el poema de la historia existe y se llama 'dos cielos'. aunque al fotografía que lo inspiró está fuera de mi alcance. algún día quizás lo publique por aquí, como foto mental de tiempos en que alguna gente supo estar cerca de la felicidad.

ruidoperro: es cierto, a veces quedarse en las fotos mentales está bueno, incluso quedarse en los negativos, porque nos recuerda que aunque pasado, ese momento, FUE, estuvo, existió, puede contarse.