jueves, 30 de agosto de 2007

Domicilio


Vivo subterránea y difícil,
con el pie izquierdo
atado a mi sombra.
Vivo en las llagas del invierno,
en los pasos que huyen
de mis brazos
y en la solemnidad estúpida de un nombre.
Y en los juegos
que me señalan y que tienen
por regla la cordura.
No ves cómo se cierran las promesas
de barras y de bancos
de madera;
no ves cómo me deja la sonrisa,
cómo se amontonan los días en silencio,
cómo me sacuden las veredas, los peldaños,
el aroma a espejos rotos,
lo imbatible.
Vivo en las curvas, en las tazas
de café con leche,
en el hálito que un ciego
desposa bajo la blanca noche.
Vivo en los ríos
que se secaron
y en las tardecitas lilas
en que la lluvia se toma un tren.

Agosto, 2007

2 comentarios:

meirlauquen dijo...

Al alba ,
llegó una brisa insolente ,
se coló en la jaula
sin
mostrar los salvoconductos ,
que exigen los barrotes .

Tragó todo , escupió
las rigideces ,los
carámbanos .

Salió muy airosa ,
perfumada .


Meir ,30 /8 07

Antonio Ruiz Bonilla dijo...

De lo que te he leído, esto es lo que más me ha llegado, triste e incluso apocalíptico estado de ánimo, bellamente utilizado para hacerte resurgir de las cenizas, y disfrutar a quienes lo encontramos. Un saludo y espero que puedas visitarme.