jueves, 23 de agosto de 2012

Mudamente

me descubre en falta la libreta que me regalaste.
miro las hojas blancas, me miran, me preguntan cosas que no puedo responder.
porque para responderle tengo que decir piel, una piel tan suave como esas páginas vírgenes que esperan mis palabras.
y no puedo hablarle de piel al papel, como no se puede hablarle de lluvia al sol ni de amor a las piedras.
entonces debo callar, callar con la voz y con las letras, decirme mudamente a mí misma que no olvido las calles encharcadas, el cuadro del bar que habló de nosotros, la resaca de una mañana que podría haber sido distinta.
me hago un ovillo  y le rezo a santos sin nombre.

No hay comentarios.: