viernes, 24 de septiembre de 2010

Algo de lo que una hace...

Proyecto de investigación fotográfica con fines académicos. No suelo mostrar mi producción académica por acá, pero hoy me dieron ganas y además prometí a cierta gente compartírsela.
Las fotos llevan un texto explicativo que va más abajo. El texto suena un poco grandilocuente para lo que fue la investigación (tiempos, motivaciones, etc.), pero es un terreno que continúo explorando, por otros lados.
Es largo, aviso.






“La diferencia entre la belleza de expresión y el poder de la expresión es la función. La primera aspira a complacer los sentidos; la segunda tiene la vitalidad espiritual que es mucho más conmovedora y va más allá de los sentidos.”
Henry Moore

Mi investigación fotográfica comenzó fuera del obturador, con el ojo lejos de la cámara en el sentido físico, pero no en un sentido más metafórico. El proyecto de investigación tuvo diferentes procesos que constituyeron una investigación en sí misma.
La elección de un “tema” era algo que me preocupaba y hacía que abriera mis ojos, como decía antes, a lo que me rodeaba, ni siquiera para encontrarlo en el sentido de hilo conductor estético o narrativo, sino para encontrar lo que fuera que necesitara para el proyecto de investigación o una foto particular.
Después de recorrer lugares geográficos, mentales, textuales y espaciales, varias ideas acudieron y también la necesidad de elegir una. De allí devino mi intención temática, no como un punto de partida sino como una revelación después de ver una gran cantidad de fotos sacadas con la consigna de “lo que me atrajera”.
Constituida esta parte del proceso, vino la temática, la indagación bibliográfica (que no expondré aquí) y personal, dentro de mi poco o mucho bagaje cultural.
¡Enmarquemos! Hay tanta cosa enmarcada por ahí. El marco, históricamente, ha tenido una función desde el arte que, aunque me parece prescindible desarrollar ahora, no deja de ser importante.
El marco me sugirió el tema de la museificación y decidí tomarlo de manera, podría decirse, irónica. El marco como adorno, como encuadre de elementos a resaltar, implica una intención de museificación que me gusta cuestionar. Históricamente el marco, en determinadas épocas, no era cuestión de azar, sino algo a elegir, algo a diseñar, a tener en cuenta, tanto o más que lo que esto enmarcaría, o “llevaría dentro”.
La idea de museificación me cuestionó el hecho de que actualmente todo es museificado, resaltado. Tanto de ida como de vuelta, hay una diégesis museica en que, desde lo más marginal, obsceno, banal o “antiestético” se lleva al museo; lo mismo de la manera opuesta.
“Museo no designa aquí un lugar o un espacio físico determinado, sino la dimensión separada a la que se transfiere aquello que en el pasado fue percibido como verdadero y decisivo, y ya no lo es. El Museo puede coincidir, en este sentido, con una ciudad (…) e incluso con un grupo de individuos (…). En términos generales, hoy todo puede volverse Museo, porque éste denomina simplemente la exposición de una imposibilidad de usar, de habitar, de  experimentar.”  1
La relación museo-cuadro me parecía algo inevitable, pero también pretendía tomar la museificación en el sentido en que señala Agamben.
Bajtin también hablaba sobre la desmuseificación, en tanto el museo se convertía en una ritualización del mercado, y la constitución de las reproducciones como parte de la cultura popular.
Es así que decidí presentar el “enmarcar” fuera de toda museificación, con cosas al azar. Fotografías que tienen fragmentos de muchas cosas, fotografías donde el marco es protagonista y a la vez no, dependiendo de la mirada del espectador, pero que pretende (quizás de forma demasiado ambiciosa) generar el cuestionamiento de si lo “enmarcado” debe ser mirado o no, o de si “lo de adentro” es lo que realmente hay que mirar.
El tratamiento de postproducción fotográfico pretendía generar una coincidencia estética a través del color, partiendo de una elección personal, que forma parte de los procesos de los que hablaba al comienzo.
La existencia en la serie de una fotografía (foto 4) que no participa del concepto más estricto de marco no es casual, pero, personalmente, sí constituye una forma de enmarcar porque se trata, por qué no, de mirar y ser mirado a través de algo.


1  Giorgio Agamben: Profanaciones, Ed. Anagrama, Barcelona, 2005, p. 111.

4 comentarios:

Fd. dijo...

Tuve la primicia!
Igual, dejá respirar, que todavía no pude leer tu post anterior.

Besos enmarcados.

eMiLiA dijo...

Wow, las fotos son espectaculares!

Muy buen trabajo.

:)

Un abrazo!

Scarlett dijo...

Me encanta el tono de colores. Buena idea, muy interesante.

Su dijo...

Me encantó, plim ;-)