domingo, 4 de noviembre de 2007

Fiesta

Hay que tener cuidado con lo que uno desea, dicen, porque se puede hacer realidad. En este caso con lo que uno escribe, con lo que, de alguna manera, hacemos real en alguna dimensión...
Hace algunos días terminé de darle forma a un poema que venía rondando en mi cabeza y andaba despedazado en distintos papeles. Se trata de algo un tanto distinto a lo que suelo hacer, versos sobre cuestiones meramente anecdóticas e imaginarias, pero posibles.
"Fiesta" es el nombre de aquel poema y lo que tuve ayer: una hermosa fiesta de disfraces, muy divertida. Pero casi se hace realidad el poema, con el yo poético invertido, con un ambiente un tanto distinto... pero a medida que pasaban las horas, a medida que una nube de vicios me tapiaba las salidas, no podía hacer otra cosa sino recordar mis propias palabras.
El "olor a tarde pudriéndose en lo oscuro" fue demasiado tangible. Fue un vaivén de relámpagos acechando mis piernas distintas. Me arrinconé para escapar de aquel final sin sentido, para tirar lejos la porfía del destino que parecía cernirse sobre mis ojos pesados.
No sé si escapé. La verdad no sé cuál fue el desenlace de esa noche. El cuento infantil no terminó como siempre termina. El lobo no se comió a caperucita y no había ninguna abuelita, mucho menos un cazador para rescatarla.
Queda nada más la sensación de garganta a punto de ser estrangulada, de sueños confusos y un vago recuerdo de un olvido.
Apenas unos hombros llenos de escarcha al desvirgar la mañana, el murmullo de dos pequeños pies corrompiendo la acera.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"Apenas unos hombros llenos de escarcha al desvirgar la mañana" ¡hermoso!

Quijo - Meli Polo Fdez dijo...

Los peores finales en realidad son los que más tememos...porque al final se cumplen, y los vemos de lejos..y no hacemos nada...

Erranteazul dijo...

Quizà fue mejor asì. Caperucita, el lobo, la abuelita...uffff...TERRORÌFICO!

Tus pasos me suenan cerca y el amanecer de la fiesta tambièn. Acaso habràs sido tù a quien vi desde la escalinata, mas el disfraz no me dejò reconocerte.

Lindo. De nuevo me atrapa.