miércoles, 19 de febrero de 2014

Malpronunciado

Olvidé cómo se pronunciaba
aquel nombre extranjero
mientras el lunar era perfecto
y la lluvia descansaba atrás del sol
con ojos más sabios que valientes

Vertí la última letra de su nombre
en el pasto amarillento
pidiendo permiso
como quien teme ser nombrado
en reiteración profunda.

1 comentario:

Jorge Curinao dijo...

Como cuando el silencio es posible
y las palabras empiezan a temblar.