domingo, 25 de noviembre de 2012

El tipo que canta XI

"No se nombra a las sirenas por su nombre"
3Pecados

Todas las expectativas puestas en la noche, todas esas almas que nos dan la sensación de que la ciudad entera se arrinconó en esa esquina, que todo Montevideo fue al recital, que esperamos todo el año por la recuperación de Diego y por volver a escuchar la voz de Pau en esa banda que me vuela la cabeza.
Poco a poco me sumerjo en mí misma, encerrada entre otros cuerpos que tienen la mirada fija en algo que no alcanzo a ver. Maldigo mi corta estatura pero la música llega y alcanza y emociona y me recarga de una energía inusual.
Como punto de inflexión, centran en mí las conversaciones de amigos, ex de amigos, novios de amigos y todo es una constelación oblicua de relaciones humanas que me atrapa y entre la euforia musical me mantiene despierta la sonrisa.
Se nos va la cabeza en el ruido, las distorsiones y la voz de El tipo que canta, tan especial, malditamente encantadora y extraña, la antivoz, uno de los ejemplos por los que habría que ampliar el concepto de "cantar bien".
La noche es nuestra, como cada vez que nos sumergimos en estas fiestas espontáneas de música y amigos.
Caminamos hasta que nos duelen los pies, ponemos nuestras almas sobre la calle con delicadeza, intercambiando sorbo a sorbo esas cosas que compartimos en nuestra amistad de colores.