miércoles, 4 de noviembre de 2009

Con gusto a x-o II



El viaje en ómnibus casi llegaba a su fin. El cuerpo cansado se sostenía de las sienes que respiraban el frío de la ventanilla y miraba con ojos entrecerrados el paisaje de siempre. Se afirmó al asiento con antelación, previendo la rutinaria curva que da el ómnibus al dejar Magallanes y doblar en Miguelete. La tarde apenas dolía, el frío se hacía más soportable aunque ya debería haberse disipado, Setiembre alumbraba con extrañeza las calles por esos días con olor a fin del mundo.
Entonces la vio, mientras el ómnibus esperaba para doblar, allí, sentada con todo el juicio del mundo, pequeña y hermosa, una nota disonante en la melodía del contexto. En el bar de la esquina, cuyo interior siempre observa a través de las ventanas sucias, ese interior de maquinitas y oscuridad, en el que en tantos viajes pretende adivinar historias, la naturaleza de los dueños o de los clientes, la vio a ella, sentada al lado de una ventana abierta.
La nena de pelo largo, castaño, sin demasiadas particularidades pero hermosa y tan frágil contra la mesa de cármica y el tinte marrón oscuro del recinto. Balanceaba sus piernitas que no llegaban al piso, sus aparentes ocho años se dibujaban en el bolichón de barrio. Sola, en una mesa junto a la ventana, la niña se concentraba en aparentes tareas, frente a la ceibalita verdiblanca, que destellaba más entre el resto de los colores de la escena.
La mesa solitaria, que otras veces sostiene botellas de cerveza o vasos de grapa, sostenía con similar entusiasmo una botella de coca-cola, la ceibalita erguida y los codos de la nena.
La miró, incorporándose en su asiento, le clavó la mirada que no perturbó su áurea calma y delicadeza infantil. Toda la inocencia mezclada en el contexto tan poco inocente, toda esa fragilidad hundida en las heridas que otros han dejado en noches de penas ahogadas. Y el ómnibus que dobla y que se pasea frente al bar en que otros concurren con propósitos tan distintos.
Y la nena, tatuada en su mente por días, por meses, eterna en su ceibalita que le dibuja sonrisas y dilata sus pupilas pequeñas.
La ciudad es un borrón después, una mancha deforme en el ocaso mismo de las cosas.

9 comentarios:

¡Jotapé! dijo...

¿Era una piedra en el agua, seca por dentro?

Soy un ganso. Muy lindo, éstachica.

Verònica dijo...

Caro, què linda poesìa con forma de relato! Me encantò el contraste entre la ceibalita y la nena y la ciudad despues... tal cual, creo que hay imagenes, hombres, mujeres que se nos quedan como con ancla en la cabeza por un tiempo y se transforman en recurrentes fantasias hasta que nos sucede algun instante màs fuerte y asi sucesivamente.
Què bonita tu mirada a ese bar.. o la de èl...


besotes,

Vero.

Eclipse dijo...

vero, gracias pro el comentario.
es que vi esa escena de la nena en el bar hace meses y no la había podido escribir porque me costaba muchísimo poner en palabras algo que me impactó tanto.
no quedé del todo conforme con el relato, pero al menos hice algo.
aún conservo la sensaciónd e que mi percepción y el impacto no están ahí en esas palabras, pero al menos causa algo en alguien.
gracias de nuevo.

Daniel Buschiazzo Nuttes dijo...

escribir, escribís muy muy bien. y lo sabès.

qué màs sabrás hacer asì.

Terapia de piso dijo...

Como cuando la nostalgia flota pesada entre cada respiro.

Un abrazo, Eclipse.

José Roberto Coppola

La Fox dijo...

Que hermoso blog Eclipse, te estare siguiendo.

La Fox

miss.smile dijo...

me gusto, mucho si.. me gusto mucho!

la mar dijo...

"...una nota disonante en la melodía del contexto"


pordios



hermoso lo que acabo de leer

siempre es bueno cruzarse el charquito para leerla. siempre.

besos y letras desde este lado.

Habitarás mi ocaso dijo...

Sabes que en la semana en un noticiero estuvieron dando un especial sobre un proyecto de alfabetización "cibernetica" (no se como denominarlo)en tu país. Y a cada niño le entregaban una mini notebook como la de la imagen. De más esta decir que me acordé de vos.

Ya esta encargada la taza, tengo que ir a buscarla el lunes por la tarde. En cuanto la tenga le saco una foto y te la envio, mi Agatha Ruiz de la Prada! Seguro quedo divina! =)